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7.4.08

Palabras de Abel Prieto, ministro de Cultura, en la clausura del VIICongreso de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba

Palabras de Abel Prieto, ministro de Cultura, en la clausura del VIICongreso de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, en el Palacio de lasConvenciones, el 4 de abril de 2008, "Año 50 de la Revolución".(Versiones Taquigráficas – Consejo de Estado)
"Querido compañero Raúl;Compañeros Lazo, Lage, Lázara, y demás compañeros de la presidencia;Querido Miguel;Queridas compañeras; queridos compañeros:Quisiera empezar estas palabras recordando aquel otro Congreso querealizamos aquí mismo, hace diez años, en 1998, y que ha sido un Congresoque ha estado mencionándose todo el tiempo, como una referencia, a lo largodel proceso preparatorio y en este propio evento. Y quisiera hablar un pocode algunas de las iniciativas que promovió Fidel, a partir de nuestrosdebates y de aquellos temas tan profundos y tan trascendentes que sediscutieron en aquel momento y sobre los que hemos vuelto ahora en este VIICongreso.Voy a hacer énfasis en aquellas iniciativas que están más cerca de los temaspropiamente culturales y de los debates que hemos sostenido aquí. Ya Lazo,anoche, como recordamos todos, adelantó algunas de estas iniciativas conmucha profundidad y destacó hasta qué punto influyeron aquellos debatesnuestros en la gestación de muchos de los programas de lo que despuésllamaría el propio Fidel Batalla de Ideas.Habría que empezar recordando dos inversiones muy costosas, pero de la mayorimportancia para nuestra cultura, que se emprendieron por decisión de Fidelen los momentos más duros, en los momentos realmente más terribles, delperíodo especial: la restauración del teatro Amadeo Roldán y larestauración, remodelación y ampliación del Museo Nacional de Bellas Artes.Lazo hablaba anoche un poco de estas dos inversiones.El «Amadeo» se reinauguró en el año 1999 y Fidel —seguramente los compañerosque fueron delegados lo recuerdan muy bien— invitó a todos los delegados delCongreso al acto y al concierto inaugural de nuestra Orquesta SinfónicaNacional. Anoche hablábamos un poquito del «Amadeo» e incluso debatíamos unpoco sobre su programación, y hay que decir que este teatro se haconsolidado como la plaza más importante de la música de concierto ennuestro país. Allí se presenta nuestra Orquesta Sinfónica cada domingo, enun horario establecido por temporadas; ha ido ganando un público, se ha idorecuperando el público de la música sinfónica, de la música de concierto.Hay una presencia de jóvenes muy importante en ese público; ha crecido en el«Amadeo» la presencia de directores, de solistas extranjeros. Tengo aquíalgunas notas, que no voy a leer, sobre los eventos y las presentaciones degran trascendencia que han ocurrido en ese teatro, que yo pienso que es unade nuestras instituciones emblemáticas y que marca jerarquías en la música,en la cultura.Hay que recordar también que, a propósito de la inauguración de ese teatro—eso es algo, Raúl, que no se ha comentado mucho—, Fidel aprobó un plan deapoyo a la Orquesta Sinfónica Nacional y a las demás sinfónicas que existíanen el país, que estaban prácticamente a punto de desintegrarse. La OrquestaSinfónica Nacional no tenía sede propia, no tenía las más mínimascondiciones de trabajo, estaba en una situación muy difícil. Fidel aprueba,incluso, un régimen de salario especial para la Sinfónica Nacional y lasdemás sinfónicas y da determinado financiamiento. Y después vino algo que, ami juicio, es muy importante, que le da continuidad a ese plan de Fidel, quees el programa que diseña Leo Brouwer, que consolida las orquestasexistentes, se suma la sinfónica de Holguín, para un total de siete, y hoytenemos, además, seis orquestas sinfónicas juveniles.Ahora, en la clausura de la Feria en Santiago, lo recordarán Graziella,Antón, César, Miguel, que estaban allí con nosotros, tocó la orquesta delConservatorio Esteban Salas: verdaderamente brilló, hizo una presentaciónbrillante, en la Sala Dolores, en Santiago de Cuba.En julio de 2001, se inauguró el Museo Nacional de Bellas Artes, que pasó atener tres inmuebles y amplió de manera muy notable sus áreas de exhibicióny mejoró sustancialmente la calidad expositiva y su propio conceptomuseográfico. Hoy nuestros dos museos —tenemos hoy un museo de arte cubano yuno de arte universal— son muy superiores en todo sentido al que teníamosantes. Según las cifras que me dieron, desde su inauguración hasta hoy, casi200 000 visitantes extranjeros han recorrido las salas permanentes y lasexposiciones transitorias del museo, y más de 840 000 cubanos lo han hechotambién.Creo que en esa institución, de la que estamos muy orgullosos, hemosasistido a muchas exposiciones antológicas; a momentos realmenteculminantes, a mi juicio, de la historia reciente de nuestras artesvisuales.Cuando se habla de jerarquías —y es imprescindible hablar cada día más dejerarquías culturales— hay que pensar en nuestro Museo Nacional.Realmente, resulta muy difícil calcular cuánto ha significado esa enormeinversión de Fidel para la apreciación de las artes plásticas en Cuba, esdifícil. Bueno, aquí está Kcho, está Choco, los estoy viendo ahí, y los veoasintiendo, porque, en realidad, se convirtió en una institución promotorade la imagen de la vanguardia cubana y de la memoria plástica cubana, y hasido muy trascendente esa inversión que se inició en los momentos más duros,más amargos y más terribles.La tercera gran inversión de la cultura que impulsó Fidel, a partir del año1999 —y también tiene que ver esto con Leo, porque en un Consejo Nacional dela UNEAC, que se celebró en el teatro del MINCEX, que incluso Fidel noscriticó porque ese teatro tiene unas columnas donde tú ves un pedazo y otrono, para ver a Leo había que ladearse un poco, pero, bueno, lo vimos y loescuchamos todos—, fue esa obra realmente faraónica, usando la expresión ensu mejor sentido, de las escuelas de Cubanacán. La terminación de unproyecto inconcluso.Esas escuelas son verdaderamente un símbolo, una obra de la más auténticavanguardia, la obra más ambiciosa y más bella de la arquitecturarevolucionaria. Muchos delegados las visitaron el lunes, el día antes deiniciar el Congreso, y yo estuve en el Tritón después, hablando con loscompañeros de provincia, y algunos de ellos venían muy emocionados.Humberto el pinareño, Humberto el Negro, yo siempre subrayo que es un granpinareño; ustedes saben que ha habido una campaña mediática contra Pinar delRío, que hemos ido neutralizando (Risas) —Raúl dice que por los cuentos quese hacen—, y ahora barrimos con los Industriales, y eso ha ido retrocediendo(Risas). Estamos en un momento de avanzada, y me alegró mucho ver a Humbertoaquí, regalándole a Fidel esa pieza, y Humberto, que estudió en esasescuelas, venía emocionado de la visita a Cubanacán, venía realmenteemocionado. Los compañeros que visitaron las escuelas se dieron cuenta deque allí se está trabajando con muchísima calidad y con muchísimo rigor.Esto ha sido —yo creo que Fidel lo dijo en alguno de los contactos quetuvimos en aquellas reuniones del Consejo Nacional a las que él asistía—,como retomar una utopía cuando estábamos en el fondo del pozo, en el momentomás difícil, como retomar una especie de sueño, algo que había quedado,primero, inconcluso y que luego se había ido destruyendo y arruinando más ymás. Me acuerdo de la antigua escuela de circo: la gente venía concarretillas y se llevaba los ladrillos, como en una instalación que hizoKcho en la Plaza Vieja, no hace mucho. Fueron vandalizando las escuelas, yeso se va a recuperar en su concepto original. Se trata de una inversión muycostosa, costosísima, que ha demandado recursos enormes y que habla, yo creoque con una elocuencia estremecedora, de la prioridad que le da a la culturaun país pequeño, un país pobre, un país bloqueado y asediado. Eso hay quedecirlo. Además, algo muy importante: todo ese proyecto de restauración seha hecho con la participación y la asesoría de los tres arquitectos quediseñaron originalmente la obra: Ricardo Porro, Vittorio Garatti y RobertoGotardi. Ellos han estado todo el tiempo trabajando con el equipo de lainversión.Fue también, sin ninguna duda, muy importante, la inversión que dotó de unasede, con condiciones únicas, a la Escuela Nacional de Ballet, que era unaescuela que, cuando hicimos aquel Congreso en 1998, sobrevivía en unaespecie de nomadismo —era una escuela sin sede, la matrícula era mínima, lasclases se impartían en unos salones del Gran Teatro de La Habana—, y ahoraesta nueva Escuela Nacional de Ballet permitió, incluso, que Fidel hicieraun experimento que tiene mucho que ver con cosas que hemos estadodiscutiendo aquí, con la idea de la formación de públicos para lasmanifestaciones artísticas más complejas, incluso para las más sofisticadas.Allí, en esa escuela, se crearon condiciones para que más de 4 000 niños detodos los municipios de la capital participen en talleres vocacionales deballet, de apreciación de la música y de las artes plásticas.Aquí podríamos hablar también —no voy ahora a hacer un rosario de obras— dela reparación de la Escuela Profesional de Ballet, Artes Plásticas y Teatrode Camagüey; de la construcción de la nueva Escuela Provincial de Arte deBayamo, que es verdaderamente una escuela impresionante, parece un campusuniversitario del Primer Mundo, ha cambiado la fisonomía de Bayamo. Conalgunos de ustedes hemos ido a Bayamo, y todo el que va allí se admira delas extraordinarias condiciones que tiene esa escuela provincial. Están las15 nuevas escuelas de instructores de arte y las nuevas escuelasprofesionales de artes plásticas.En total, el proceso inversionista de la Batalla de Ideas ha llegado, enreparaciones o en construcción de nuevas instalaciones, a 52 de los 63centros de la enseñanza artística que tenemos.Por supuesto, todas estas inversiones, como sabemos todos muy bien, comohemos estado discutiendo aquí, y como tenemos que seguir discutiendo en laComisión permanente destinada a la enseñanza artística, tienen queacompañarse de la mayor exigencia y del mayor rigor en cuanto a la calidadde los claustros, en cuanto a estrategias y conceptos. Todo eso tiene queestar muy claro. No podemos admitir que en ningún momento se asocien lasideas de Fidel a concesiones en términos de calidad artística y en términosde rigor. Estaríamos traicionando el espíritu de aquellas ideas si nosconformáramos con egresados preparados mediocremente.Otras obras muy significativas: el teatro de Manzanillo, el de Cárdenas; elmulticine de Infanta, que es el único cine que tenemos en Cuba que seaproxima al concepto que se ha generalizado en el mundo, es decir, de cinescon pequeñas salas que simultáneamente ofrecen una programación diversa; lainversión, aún en proceso, en el Proyecto Korimakao, de la Ciénaga deZapata; las bibliotecas populares, que fueron 12; las 300 salas de video ovideoclubs juveniles, que se crearon en comunidades particularmentedesfavorecidas.Otra inversión muy importante —yo lo estaba recordando el otro día—, cuandole dábamos el Premio Nacional de Cine a Juan Padrón, a Padroncito, me estabaacordando de los Estudios de Animación del ICAIC, una instalaciónformidable, con una tecnología de la más avanzada, que permite hacer más de500 minutos de animados en un año, y con jóvenes brillantes que están allí,muy bien preparados, algunos egresados de San Alejandro. Y ya se estálogrando una producción de mucha calidad.Las más de 1 900 salas de televisión ubicadas en asentamientos campesinossin electricidad, en lugares de difícil acceso. Alfonsito fue el que llevóese programa y el propio Alfonsito, en consulta con el Comandante, autorizóa los directores municipales de esos lugares a hacer en esas salas detelevisión actividades de trabajo comunitario. Son más de 1 900 salas detelevisión en lugares donde no hay electricidad, pero esas salas, porsupuesto, tienen paneles solares. Todas esas salas están dotadas de unaminibiblioteca y se hace allí un montón de cosas, incluso fisioterapia,etcétera, pero se hace un trabajo permanente de extensión cultural.A todo eso hay que agregar la creación, en octubre de 2000, del programaUniversidad para Todos, que ha impartido 76 cursos y editado alrededor de 23millones y medio de tabloides. Ustedes recuerdan cómo nació ese programa —nosé si El Chino, Eduardo Heras, está por ahí—; fue también en un ConsejoNacional, no sé si fue el mismo en el que Leo habló de las escuelas deCubanacán. A partir de una intervención de Heras, donde él habla de sutaller de Técnicas Narrativas, Fidel decide que ese taller va a ser elprimer programa de Universidad para Todos. A mí eso siempre me dejódeslumbrado, porque algo que estaba concebido para un grupo pequeño deescritores, algo que por su concepto y su diseño era para una minoría depersonas, un pequeño grupo de personas, de pronto se convirtió en el primerprograma de Universidad para Todos y tuvo una audiencia inmensa y funcionócomo un asombroso acicate para la lectura. Cada vez que en ese curso sehablaba de un libro o de un autor, la gente iba a la biblioteca pública apedir ese libro. Es decir, que es algo muy notable ese concepto de cómoFidel ve en la vanguardia artística e intelectual un elemento dinamizadorfundamental de estos programas de gran masividad, yo lo veo muy claro en eseejemplo.A la apreciación de las artes, en Universidad para Todos, se han dedicado 11cursos y más de tres millones de tabloides. Se han abordado técnicasnarrativas; teatro; cine; dos cursos de literatura —Guillermo RodríguezRivera, que es también delegado, ha sido profesor, por ahí está—-; demúsica, Chorens, que está aquí como delegado, fue profesor de ese curso; deartes plásticas, de danza y de ballet; la propia Alicia ha estado; elhistoriador del ballet, Miguel Cabrera, también delegado de nuestroCongreso, ha sido profesor de estos cursos. Los profesores han sido muchosde ustedes, muchas figuras del mayor prestigio en nuestra cultura.Se crearon, además, como todos sabemos, dos nuevos canales nacionales detelevisión, los canales educativos; de 11 telecentros provinciales se pasó a15, y se fundaron 17 telecentros municipales. En la radio, crecieron lasemisoras de 63 a 91. Por supuesto, ese crecimiento de canales y emisoras,como hemos discutido mucho aquí en el Congreso, y como decía la propia MagdaGonzález Grau en la Mesa Redonda, tiene que acompañarse de una producciónnacional de alta calidad, atractiva, profunda y del respaldo del mejortalento del país.Esas inversiones colosales que hizo Fidel en nuestros medios, y las que seestán haciendo en la actualidad, tienen que comprometernos a todos los queestamos aquí a trabajar muy unidos, coordinadamente y sin descanso, paraavanzar hacia la televisión y la radio que necesita y que se merece estepaís (Aplausos).Lazo nos pedía anoche a todos nosotros esa colaboración, y estoy seguro deque todos, la UNEAC, la Asociación Hermanos Saíz, el Ministerio de Cultura ysus instituciones, vamos a trabajar, junto con el ICRT, en esa misión que esrealmente estratégica; y aquí ha habido muchos brillantes intelectuales quehan hecho críticas a la televisión que pueden ayudar mucho, realmente, amejorarla.Debemos crear en nuestro pueblo, especialmente entre los jóvenes,referencias culturales sólidas y una capacidad crítica, inteligente, frentea los modelos falsos y la supuesta «modernidad» capitalista. Se hacenecesario promover mensajes profundos y, al propio tiempo, amenos, de buenafactura. Para esto el talento es imprescindible. No podemos aceptar, nopodemos conformarnos, con que nuestros jóvenes perciban nuestros mensajescomo aburridos y de pobre calidad y asocien los «enlatados» yanquis con ladiversión «moderna» y atractiva. Eso no puede ser un fatalismo, tenemos queromper ese diabólico fatalismo, si a alguien se le ocurre llamarle así.Algo importantísimo, algo de enorme trascendencia en la Batalla de Ideas,fue la inversión que hizo Fidel para fundar dos grandes imprentas que noshan colocado, en el campo del libro, en una situación en extremo favorable.Hay que recordar que nuestra Feria Internacional del Libro, cuando nosreunimos aquí, en 1998, era bienal; se hacía aquí en la capital —creo que enPABEXPO— y se ponían a la venta unos 200 000 ejemplares. Nuestra últimaferia, la que se hizo entre febrero y marzo, que se dedicó a Galicia y sededicó a Graziella y a Antón, tuvo lugar en 42 ciudades y puso a la venta 8millones de libros. Y ese salto, como saben muy bien los delegados de laAsociación de Escritores, no es solo cuantitativo. Nuestra feria, realmente,es única en el mundo por el rigor de su propuesta: no se publican aquí bestseller, libros de la llamada literatura chatarra; ni es el mercado, como enotras partes, quien dicta la política y quien pone las reglas del juego.Otro elemento importantísimo de la Batalla de Ideas son las editoriales enprovincias. Hace diez años, aparte de la Editorial Oriente, que tenía unatradición, y Ediciones Capiro, en Villa Clara, solo había algunos esfuerzoseditoriales aislados en las provincias. Hoy tenemos todo un sistema deediciones territoriales; hay 19 editoriales presentes en todas lasprovincias del país y en la Isla de la Juventud. Esta iniciativa de Fidel,que ha sido de las más trascendentes, nació en un encuentro que él tuvo conlos directores municipales de cultura, y esas casas editoriales hanpublicado, desde el año 2000 en que se instalaron hasta hoy, más de 3 200nuevos títulos y alrededor de 2 700 000 ejemplares.Otra cosa importantísima —y me acordé de eso, pensé de nuevo en Juan Padrón;no sé si Juan Padrón está aquí (Le dicen que sí). ¿Dónde está? Ese es, Raúl,el padre de Elpidio Valdés (Aplausos): Premio Nacional de Cine. Se harecuperado, gracias a estas nuevas poligráficas, algo que parecía perdidodefinitivamente —por lo menos yo había perdido la esperanza de que esoalguna vez regresara—, algo que parecía, repito, perdido definitivamentepara nuestros niños: el libro para la edad preescolar, en cuatricromía ytiradas masivas. Imagínense qué instrumento tenemos para llegar ahora anuestros niños y todo lo que pueden hacer nuestros escritores, nuestrosilustradores, nuestros artistas plásticos, nuestros editores. Se hapublicado un montón de libros en cantidades masivas sobre dinosaurios,flora, fauna, libros educativos de muy poco texto, porque estos libros sonpara niños que están empezando a leer, que todavía no saben leerfluidamente; pero se pueden hacer maravillas ahí. Incluso hablé con algunosde nuestros mejores plásticos, porque podemos hasta irle creando al niño, através de esos libros, una cierta noción de la plástica contemporánea, y quelos códigos más avanzados de la imaginación plástica de nuestros creadorespuedan ir llegando a los niños por esa vía.Surgió la Biblioteca Familiar, que ha publicado dos colecciones de 25títulos: la primera de 100 000 y la segunda, para la FEU, de 60 000. Y hayuna tercera en preparación para el Plan Turquino y para que la usen lostrabajadores sociales en la atención a niños y adolescentes con determinadasdesventajas y dificultades familiares, con situaciones particularmentedifíciles. Esa Biblioteca Familiar, que está en preparación, la van a usarlos trabajadores sociales para su labor con esos niños.Y cuando uno le echa un vistazo a los autores y títulos publicados por estaBiblioteca, se da cuenta de la calidad de la selección: ahí está la poesíade Neruda, la poesía de Vallejo, están las Novelas ejemplares, de Cervantes;El Coronel no tiene quien le escriba, de García Márquez; El Principito, deSaint-Exupéry; Boccaccio, Shólojov, London, Hemingway, una antología depoesía de amor hispanoamericana, Kafka, Shakespeare, Martí, Carpentier,Onelio Jorge, Horacio Quiroga.La Biblioteca Familiar es un verdadero ejemplo de un gran proyecto demasividad cultural a partir del mayor rigor en la selección, que es lo quetiene que caracterizar a todos los programas de la Batalla de Ideas: unagran masividad y un gran rigor en términos cualitativos.En cuanto a los nuevos instructores de arte, un tema que ha sido muydiscutido en este Congreso y en el proceso preparatorio, creo que tenemosque trabajar muy duro y muy seriamente, y todos muy unidos, todos los quetenemos que ver con el asunto, para solucionar cualquier problema que hayaen la formación de estos estudiantes y en la capacitación de los graduados,porque en esos instructores —estoy convencido de eso— la cultura cubanatiene realmente un instrumento de enorme utilidad, una fuerza que es capazde llegar adonde, hace diez años, cuando nos reunimos aquí con Fidel, nisiquiera podíamos imaginar.Y para decirlo brutalmente, en el año 1998, hace diez años, en nuestrascasas de cultura, que estaban verdaderamente devastadas por la crisis—todavía se están recuperando, no han terminado de recuperarse; peroentonces estaban realmente aniquiladas por la crisis—, apenas nos quedaban 1900 instructores, personas admirables —eso hay que decirlo—, que seguíantrabajando en las comunidades en las condiciones más adversas, y eso es algoque habrá que reconocer siempre. Cuando Rosalía, coordinadora de la Comisiónde trabajo comunitario, hablaba en su dictamen de prestigiar el trabajocomunitario y de jerarquizar el Premio Nacional de Cultura Comunitaria, yorecordaba a esos viejos instructores que se mantuvieron, a pesar de lascircunstancias más adversas, cargados de la mística de esa profesión, queestaba en extinción, hace diez años, cuando aparece este programa.Hoy tenemos más de 13 300 jóvenes instructores en la brigada José Martí, yesos jóvenes están trabajando en 7 500 escuelas, aproximadamente, y atiendena una masa importante de niños y adolescentes, a una gran masa en horarioescolar y a un número menor en horario extraescolar. Lo que planteó aquíAida Bahr sobre la necesidad de una educación estética o artística como unavía fundamental de formación de valores en nuestra niñez y en nuestrajuventud, debe encontrar una respuesta a través de estos jóvenes. Tenemosque lograr que eso que pedía Aida lo logre nuestra brigada José Martí. Paraeso, por supuesto, tienen que estar bien preparados y tienen que serportadores de valores culturales hondos, auténticos, no mixtificados; tienenque llevar, no como un añadido, sino como algo orgánico, los conceptosmartianos y fidelistas acerca del poder transformador y emancipador de lacultura.En mi opinión personal, muchos de ellos están haciendo un trabajosignificativo, importante, y tenemos que apoyarlos y seguirlos apoyando yseguir supervisando ese programa.El propio Helmo me contaba experiencias que él está teniendo en un tallerque imparte con instructores de teatro, y él fue el que dijo —recuerdo queGraziella estaba en esa reunión conmigo— que en la formación del instructores donde tenemos que asegurar que se resuelva en favor de la cultura elviejo dilema entre masividad y calidad. Tenemos que resolverlo en laformación del instructor. Y debemos decir igualmente que sería una traicióna las ideas de Fidel si nosotros nos conformamos con instructoresmediocremente preparados, y tenemos que dar esa batalla. Jesús Ortega decíaayer que debe evaluarse el tema integralmente, desde las escuelas, losprogramas de estudio, la Brigada, los repertorios. Hay que multiplicartalleres como los que tiene Helmo. El único camino imaginable, a mi modo dever, es que nuestra vanguardia se comprometa moralmente —como nos decíaAlfredo Guevara— con este programa.Hay que decir claramente que ha sido difícil reclutar profesores para lasespecialidades artísticas; ha resultado algo difícil, y solo un por- cientoínfimo de esos profesores son miembros de la UNEAC. Tenemos que lograr queparticipe más la vanguardia en la formación de estos jóvenes, quienes,además, están absolutamente ávidos de aprender y de relacionarse connuestras mejores figuras.Alfredo Guevara, en su intervención aquí el primer día, que fue muybrillante, que todos escuchamos con la mayor atención y que todosaplaudimos, hablaba un poco de la Batalla de Ideas. Él decía: «Ese proyectomayor del Comandante en Jefe, del que fuimos y tendremos que seguir siendocómplices y con el que estamos moralmente comprometidos a partir de lacondición intelectual...» Y reiteró que «lo importante será siempre noperder el rumbo». Y yo les aseguro a ustedes que en el rumbo de Fidelsiempre estuvo la calidad como brújula.Recuerdo cuando se discutió con Fidel el programa de estudios de losinstructores —Luis Gómez, el Ministro de Educación; Carmen Rosa y Bernal nome dejarán mentir—, una de las ideas que se le llevó era que estuvieran tresaños estudiando y que el cuarto año fuera de práctica preprofesional, yFidel se negó rotundamente y exigió que fueran cuatro años de estudios ehizo un énfasis en las asignaturas relacionadas con las humanidades. Esdecir, para Fidel ese programa está asociado a la mejor preparación posible,y nosotros tenemos que ayudar en eso y tenemos que trabajar en eso. Ese esel rumbo que decía Alfredo, ese es el rumbo de Fidel. La mayor masividadimaginable, la mayor democratización de la cultura; pero sin chapucería, sindejar espacio a las distorsiones populistas y a la mediocridad. Yo eso loveo claro que es así.Alfredo decía: «Salvar ese proyecto, llevarlo a su máxima tensión, será grantarea de la intelectualidad, y será, igualmente, el mejor homenaje a aquelque lo conceptualizó, priorizó y lo hizo vivir. Espero que este, nuestroCongreso, lo prolongue en compromiso moral e intelectual, de afirmación eidentidad a salvar y a enriquecer.» Esto que decía Alfredo aparece tambiénen el informe de Cultura y sociedad que leyó Helmo aquí, y yo siento entodas las intervenciones, por lo menos las que escuché y las que me hancontado los compañeros, que todos los delegados han mostrado una tremendadisposición a acompañar la crítica, el análisis, la denuncia de losproblemas, con una disposición muy activa y muy revolucionaria a participaren la solución del problema, que era un comentario que hacía Lazo anochetambién.Con respecto a la enseñanza artística, vista ya de modo más general, esteCongreso se ha pronunciado de una manera muy radical por ejercer sobre ellauna estricta y sistemática vigilancia cualitativa. Enrique Molina, ese granactor nuestro, propuso el primer día, y anoche lo repitió, que la nuevadirección de la UNEAC, el nuevo Consejo, tenía que convertirse en unguardián permanente, dijo él, de la calidad de esa enseñanza, que significanada menos que convertirse en guardianes de la continuidad de nuestracultura. Estoy totalmente de acuerdo con esa propuesta, y las puertas denuestras escuelas están abiertas para esa vigilancia cualitativa. Y estamosseguros de que Enrique y otros grandes artistas nuestros, a partir de todosestos trabajos que empezarán después de terminado el Congreso, van aayudarnos mucho en el mejoramiento de nuestra enseñanza y en toda larevisión de programas que hay que hacer, además de todo lo que se vienehaciendo, y, sobre todo, tenemos que buscar fórmulas para llevar el talentoa las escuelas de arte.Es que la inversión en recursos que ha hecho el país en la enseñanzaartística puede estarse malogrando y perdiendo si no conseguimos que losmejores talentos estén presentes, de un modo u otro, en nuestras escuelas.Eso es así.Un comentario que quiero hacer sobre la peculiaridad de la enseñanza delarte, y aquí hay muchos compañeros que saben mucho más que yo de esto ypudieran dar una conferencia magistral sobre esto. Pienso que hay algo muypeculiar —lo he aprendido de esos artistas muy relevantes que son tambiénprofesores de nuestras escuelas—, que tiene que ver, sin dudas, con eloficio, tiene que ver con lo técnico; pero tiene también que ver con laesencia misma de la cultura, con el sentido profundo del arte, con elsentido profundo de la creación, con un extra que no es fácil de definir,con algo que es a veces complejo, oscuro, contradictorio, que no aparece enningún documento metodológico; eso no aparece en ninguna metodología.El profesor de arte es maestro; pero es también una especie de guía, detutor; crea con los alumnos un tipo de relación que va mucho más allá de lasaulas. Y estamos obligados a presentarle al gobierno —ya con Lage, con JoséLuis, Georgina, Alfredo Morales, tuvimos una ronda sobre el tema— nuevasfórmulas, más creativas y más próximas a esa peculiaridad de la enseñanzaartística, que nos permitan estimular de un modo superior a los creadoresque estén dispuestos a trabajar con nosotros en el mejoramiento cualitativode nuestra enseñanza artística.Creo que esa misma creatividad la necesitamos a la hora de evaluar los temasde la Comisión de economía de la cultura, una Comisión que trabajó muy duro,que coordinó Magda muy eficazmente y que tendrá que seguir trabajando deforma permanente, como las demás comisiones. En los debates quedó claro quetenemos que proponer fórmulas nuevas para favorecer y estimular el talento,fórmulas que tienen que estar ajenas a todo tipo de igualitarismo. Si eligualitarismo puede ser nocivo en distintas esferas de la vida social, en lacultura es suicida. Las soluciones no pueden ser igualitarias, no pueden serdemagógicas, tienen que estar asociadas a los mejores talentos, sin ningunaduda (Aplausos).Hay que revisar todos los planteamientos que se hicieron con respecto alderecho de autor; ya hemos modificado algunas tarifas, hemos eliminadoalgunos topes. En el campo de la creación literaria y de la dramaturgia, yahay algunas respuestas. Vamos a proponer cambios relacionados con losllamados derechos conexos; pero siempre para favorecer la creación yfavorecer a los creadores. Esa sería la filosofía de esos cambios en elcampo del derecho de autor, y a partir de nuestras circunstancias propias yde nuestras propias necesidades culturales.Es imprescindible —de eso hemos hablado mucho y se habló en la Comisión deeconomía y cultura— revisar las agencias y empresas, sobre todo de la músicay de las artes escénicas, que representan a una masa enorme de artistas y noes posible que hagan el tipo de trabajo diferenciado que tienen que hacer.Algunas de estas agencias nacieron, como Caricato de la UNEAC, en sumomento, con la idea de tener catálogos mínimos y con un diseño promocionalmuy novedoso, y se distorsionaron. Con esos conceptos nació la agencia Clavecubana, de ARTEX, las agencias del rap, del rock, y también hemos vividodistorsiones asociadas al mercantilismo.Ya hemos llevado algunas de estas ideas a los organismos que tendrían queaprobarlas y al Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros, y hemosencontrado una disposición muy abierta a analizar y solucionar estosproblemas que son realmente muy específicos y que no se parecen en loabsoluto a otras esferas.Creo que una referencia indispensable para esa creatividad que tantonecesitamos en términos organizativos y de gestión cultural, podemosencontrarla en la experiencia de pequeñas instituciones de la cultura, conun mínimo personal, un entusiasmo tremendo y con una gran claridad deconceptos, que se ocupan de zonas de nuestra cultura insuficientementeatendidas y han sido y son ejemplo de auténticas guerrillas culturales.Estoy pensando, por ejemplo, en el centro Pablo de la Torriente Brau —-poraquí está Víctor Casaus, que preside ese centro (Aplausos), que fuemencionado por Sigfredo, por Norge, muy elogiosamente—-; en el centro OnelioJorge Cardoso; en el centro Criterios; en la Fundación Fernando Ortiz; en lapropia Fundación Nicolás Guillén, de la UNEAC; en el Centro Iberoamericanode la Décima; en la revista La Jiribilla, sobre todo en su versión digital.Por aquí anda como delegado, y creo que como miembro del Consejo —tendríaque verificarlo—, el director de una de esas instituciones pequeñas, de unade esas células vivas de nuestra cultura, de esas instituciones que puedenser una referencia. Me refiero a Silverio, el director del Mejunje, que separe, ¿dónde está? (Aplausos.)Cuando estuvimos reunidos, Raúl, en la Comisión de Cultura del Congreso dela Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media, dos jóvenes de la FEEMde Villa Clara nos hablaron del Mejunje y de los días en que ellos iban allía escuchar la trova villareña y otros trovadores invitados, y hablaron delMejunje como un lugar donde hay una magia muy especial. Lugares así, contodo en moneda nacional y con un ambiente extraordinario, donde todo tieneque ver con la cultura y todo tiene que ver con lo auténtico, habría quehacer en otros lugares, como se hacen las cadenas de McDonald's, una cadenade Mejunje, Mc Silverio's, o algo así (Risas y aplausos). Kcho hace eldiseño. Se parece un poco al ambiente que hay ahí, unos palos, unos remos—dice Raúl.Hay otro lugar. Recientemente, en la Feria del Libro, fui a Morón —y poraquí está el director del grupo Morón Teatro—. Es impresionante lo que hahecho ese grupo de teatro comunitario, Orlandito —¿dónde está Orlandito?Párate, mi socio, vamos a aplaudirlo (Aplausos)—, la sede de ese grupo estáen unas ruinas, en un viejo teatro, en un cine-teatro en ruinas que está ahíen Morón; los camerinos son un vagón de tren, ellos tienen allí luces,Julián les dio luces, les dio audio. Tienen un trabajo en las comunidadesimpresionante. Se van a las comunidades, se alojan allí en las casas de lagente y hacen un trabajo extraordinario y son un grupo con una místicatremenda.A ese tipo de pequeña institución tenemos que darles apoyo y tenemos quepensar, cuando hablemos de análisis de política cultural, como referencia,en esas pequeñas instituciones que realmente tienen un fuerte impactocultural sobre la población y sobre determinados segmentos de nuestraintelectualidad y de nuestros artistas.Pienso que fue de la mayor importancia el análisis que se hizo en laComisión de Economía de la Cultura, que fue un análisis que también hizo laComisión de los jóvenes, que coordinó Alpidio, y en la de los Medios, quecoordinó Omar Valiño, sobre la producción audiovisual que se está haciendoal margen de las instituciones, sobre todo por realizadores jóvenes, y sobrela necesidad de apoyar esa producción audiovisual.Ya el ICAIC ha hecho un evento anual, la muestra de Cine Joven; pero creoque avanzamos mucho con Magda, con los compañeros de la dirección del ICAIC,en una fórmula apropiada. Incluso le hablamos a José Luis de las ideas quetenemos a partir de una nueva institución, que en principio está aprobada,una especie de Fondo para el Fomento del Cine Nacional, que va a tenerdeterminado financiamiento. Y los jóvenes podrán llevar proyectos a esefondo, podrán llevar guiones, ideas, y, a partir de determinados recursos,que se haga un cine mucho más ágil, mucho más barato en términos de costo.Por supuesto, otras películas, ya de otro carácter, las tenemos que seguirhaciendo con los conceptos industriales; pero apoyar ese cine que cuesta muypoco, que se edita en una casa, en una computadora. Las camaritas digitalescada vez son más baratas, y hace falta apoyar a esos jóvenes realizadores, yapoyarlos en la distribución y en la difusión de su obra, y creo que hay unmovimiento muy interesante, independientemente de que sigamos con el ICAIChaciendo películas de otra magnitud y de otro carácter, que requierennecesariamente una respuesta industrial. Pero, bueno, es muy importante quese haya llegado a un cierto consenso sobre eso, y es que evidentemente lasnuevas tecnologías han revolucionado la creación, la distribución y larecepción del arte. Hoy son otros esos procesos a partir de esas nuevastecnologías.Precisamente de estos temas habló José María Vitier, el primer día,enfatizando —como se subraya en el informe de la Comisión de los jóvenes— enla necesidad, o mejor, en la urgencia, de encontrar caminos para que el grantalento artístico y literario que tiene este país pueda aprovechar esasnuevas tecnologías en toda su riqueza de opciones.Recordemos —esto es algo muy importante, porque yo vi un cable ahí queanaliza el mensaje de Fidel al Congreso como si Fidel estuviera rechazandolas nuevas tecnologías, una manipulación grosera de la alerta que hacíaFidel, que tiene que ver con cómo a veces estas novedades tienen, porsupuesto, las marca del mercado, en crear una falsa necesidad, es decir, enque ya el celular suene de determinado modo, que ya te acaricie la oreja,otras cosas más elaboradas, y entonces se van creando nuevas necesidadespara que tú tengas que botar el celular viejo y comprar otro. Es decir, esacarrera que a veces no tiene que ver con avances realmente detrascendencia.Hay que recordar que el principal impulsor de la democratización de lasnuevas tecnologías en Cuba y yo creo que en el mundo, es Fidel. Él impulsóla enseñanza en la computación desde la escuela primaria hasta launiversidad; concibió y fundó los Joven Club de Computación, que son como600; fundó la Universidad de Ciencias Informáticas, que muchos delegadosnuestros la visitaron por primera vez el lunes; fundó las filialesprovinciales de la Universidad de Ciencias Informáticas. Entonces, yoanotaba aquí: imagínense qué pasaría si logramos vincular esa extraordinariademocratización de las nuevas tecnologías, realmente única en el mundo, conla explosión de talentos que tenemos en el campo de la cultura. No hay dudade que los resultados serían excepcionales.Ese es un gran tema que, por supuesto, lleva recursos, lleva financiamiento.Hay que ver cómo nosotros podemos ir logrando que esas dos cosas, esasnuevas tecnologías y ese extraordinario talento creador que hay en estepaís, puedan articularse y que ese talento pueda usar esas tecnologías.Precisamente ayer yo estaba leyendo un foro debate de unos bibliotecarios enInternet, y hay que decir que si en algún país pueden utilizarse yaprovecharse al máximo, en un sentido educativo y cultural, estas nuevastecnologías de la información y de la comunicación, es justamente en Cuba.En muchos otros países, lamentablemente, predomina un uso comercial frívolode estos medios. En este debate de una red de bibliotecarios que les decía,Biblio-info-sociedad, algo así se llama, un participante afirmaba que pareceun chiste hablar de que vivimos en la pomposamente llamada «era de lainformación y el conocimiento», ya que la mayoría de los niños, adolescentesy adultos que tienen acceso a esas tecnologías, las emplean, sobre todo,para la diversión y el entretenimiento más frívolos e intrascendentes, paracomprar y para enterarse de cómo va la vida personal de los famosos.Uno de estos bibliotecarios, de una universidad de Puerto Rico dice: «Paraquienes son privilegiados y tienen Internet, ¿cuánto tiempo se dedica alecturas formales, investigación de temas científicos, culturales, o decrecimiento intelectual? ¿Y cuánto en ver gráficas, paisajes, ver y bajarvideos, leer chismes de farándula y practicar juegos electrónicos?».Es decir que estas tecnologías pueden ser también y son, de hecho, unsoporte para la famosa banalización, que ha sido uno de los temas centralesde este Congreso, y está asociado a uno de los principales desafíos quetienen la cultura y la sociedad cubanas en el presente, y que fue algo quedefinió Helmo en un homenaje que le hicimos a Graziella en la Cabaña, en laFeria del Libro. Helmo dijo allí que la doctora ha dedicado —prácticamentelo estoy citando textualmente— todos estos últimos años a trabajar paraimpedir, desde la cultura, que banalicemos nuestros proyectos de vida. Yella, me consta, ha hecho lo posible para colocar esa misión de tantatrascendencia cultural, ética, ideológica, entre los objetivos centrales dela UNEAC. Y ahora tenemos que decirle a Graziella que con los resultados deeste Congreso se ha logrado colocar ese tema como un objetivo central denuestra organización, y con la propuesta que se aprobó aquí, de tener unaComisión permanente de cultura y valores.Y es que esa banalización tiene varias caras, varias facetas, y una deellas, muy visible y muy dolorosa, es la de la marginalidad. Roberto Valerahabló en su intervención el primer día —una intervención muy profunda, muybrillante; después Fidel la comentó en su mensaje— de jóvenes sinconciencia, jóvenes huecos, jóvenes vacíos, que actúan muy agresivamente,vandálicamente, contra la gente, contra las guaguas —y que es algo que secomenta en el informe también de Cultura y Sociedad.En la sesión de anoche, varios compañeros: Osneldo, Pedro de Oráa, la propiacompañera Esther Suárez, volvieron a pronunciarse, desde distintos puntos devista, sobre lo que llamaron ellos conductas depredadoras y sobre lanecesidad de buscar sus causas profundas. Reynaldo González, el primer día,habló de la violencia verbal, de cómo la violencia genera violencia, de cómoen algunas familias donde las condiciones de vida son muy difíciles, laspersonas —decía él— no viven unas con otras sino unas contra las otras, yhabló precisamente del papel de la familia, de la escuela, de los medios,de la calle, de las instituciones culturales.Habló también Reynaldo de algo extraordinario, de algo muy estimulante, quetiene que ver con el papel que puede desempeñar la cultura en la atención aestas enfermedades sociales, y de la experiencia que él acaba de vivir comointegrante de la expedición artística que guió Silvio a través de lascárceles, y en las que participaron, con Silvio y con Reynaldo, Amaury,Vicente, Rancaño, Lester Hamlet, Alexis Díaz Pimienta, el cuarteto SextoSentido y otros compañeros. En cada uno de esos centros visitados, Reynaldoentregó una pequeña biblioteca de literatura cubana y universal de 300títulos.Una escultora de Santiago, muy querida, muy brillante, Caridad Ramos, mecomentaba el otro día, el día que nos reunimos, Lazo, con los delegados deprovincia, las tremendas experiencias que ella ha vivido como artista,llevando sus obras a las cárceles, y cómo en esas situaciones límites seaprecia mejor esa contribución espiritual, que es misteriosa y que esinigualable, que le hace el arte al ser humano, en esas condiciones tantremendas.En este punto quiero recordar el momento en que, el primer día, escuchamostodos, emocionados, a Cintio Vitier, a ese martiano mayor. Todos nosemocionamos cuando Cintio nos hablaba de la coincidencia entre los idealesmás puros del cristianismo y los ideales del comunismo, evocando a Martí, aLezama, al ángel de La Jiribilla, como puntales de la espiritualidad quenecesitamos cultivar y proteger, tanto para ateos como para creyentes, tantopara cristianos como para creyentes de las religiones cubanas de origenafricano, del espiritismo, para creyentes de todo tipo, la importancia deeso que llamamos «espiritualidad». Es una palabra que en un momento ladejamos de usar, pero que el informe de Helmo la utiliza: en Cultura ySociedad se habla de todos los factores que contribuyen a formar laespiritualidad del ciudadano, algo así.Yo me acordé, oyendo a Cintio, Raúl, de aquel texto de Cintioextraordinario, iluminador, cuando en el año 1994 se produjo la llamadacrisis de los balseros, el éxodo de gente, aquel texto de Cintio,verdaderamente estremecedor, sobre qué podía haber fallado para que aquellaspersonas dieran aquel salto al vacío, aquella locura. Él decía: «No llegó lapalabra de Martí a esa gente.» De ahí nació la idea de los CuadernosMartianos, que han tenido una enorme importancia; concebidos, diseñados yseleccionados por Cintio para los distintos niveles de educación. Y éldecía: «Esperemos que algún día, si alguien se va de ese modo, que no nosavergüence». Yo recordaba, escuchándolo el primer día, ese textoverdaderamente antológico de Cintio, que se publicó en el periódico enagosto de 1994.Es muy importante que el Congreso haya acordado crear una Comisiónpermanente que tenga que ver con este tema de los valores; este tema tancomplejo, tan esencial, tan estratégico, que tiene que ver con la necesidadde restaurar el tejido espiritual de la sociedad, allí donde ese tejido estédañado. En esas zonas dañadas confluyen todas las dimensiones del problema:el culto estúpido a la seudocultura yanqui, la frivolidad del colonizado,los retrocesos éticos, la corrupción, el racismo. Ahí está el racismo, muyfuerte, en esa dimensión dañada de nuestra espiritualidad, el sálvese quienpueda. Todo está ahí, todo mezclado, como hubiera dicho Nicolás, aunque aquíse trata de una mezcla diabólica.Yo he repetido varias veces —perdónenme los que me hayan oído— que tú nopuedes pretender ser un doctor Jekyll —estoy hablando del famoso cuento deStevenson, Jekyll y Mr. Hyde; el bueno que se toma una pócima y le sale lodiabólico que tiene dentro. Tú no puedes ser un doctor Jekyll diurno yantiimperialista y por la noche convertirte en un mister Hyde culturalmenteentregado a lo peor de Hollywood. Eso no es posible (Aplausos). En algúnmomento, como en el cuento de Stevenson —no de Teófilo, de Robert LouisStevenson (Risas) —, se te va a producir un cortocircuito, y mister Hyde,esa criatura abominable, sale cuando no lo llaman y ya no lo puedescontrolar.Tenemos que lograr que nuestra gente tenga referencias culturales muysólidas y que el rechazo a la basura seudocultural se convierta en algoinstintivo.Necesitamos que la UNEAC, el Ministerio, el ICRT y todas las demásinstituciones que promueven la cultura, trabajen del modo más coherenteposible para defender nuestros auténticos valores culturales frente a labanalización. Necesitamos dar una batalla contra los modelos coloniales quehoy nos contaminan y trabajar coordinadamente —repito— para que nuestropueblo conozca y disfrute el talento creador de nuestro país y lo mejor y lomás auténtico de la literatura y el arte del Sur, como se dijo aquí —creoque fue Faya el que mencionó eso—, y también, por supuesto, del propioNorte, es decir, de todo lo bueno que se abre paso a contracorriente y almargen del mercado global. Es muy importante trabajar de este modo.En esta batalla, como se ha dicho en varias comisiones, es imprescindibleuna crítica artística y literaria seria, rigurosa, de la creación y tambiénde la gestión cultural, como un instrumento esencial frente a lasconcesiones que pueden hacer promotores, e incluso artistas, al mercado delarte. Esto se enfatizó en varias comisiones y debe ser atendido por lasinstituciones de la cultura y los medios. Contamos hoy, por fortuna, con ungran movimiento de revistas culturales: ahí está la Gaceta, de la UNEAC,que ayer fue justamente felicitada; Temas, Criterios, Revolución y Cultura;la más reciente y de una extraordinaria factura, la Siempreviva; tambiénestá Catauro, aunque hay otras —pueden escapárseme algunas— en todas lasprovincias hay revistas, algunas son muy buenas, otras no tanto. Pero es muyimportante que esa crítica viaje de las revistas a los medios masivos einfluya mucho más allá de los sectores intelectuales.Debemos crear en nuestro pueblo, especialmente entre los jóvenes,referencias culturales sólidas y una capacidad crítica frente a los falsosmodelos.Creo que este es un tema que yo sé que es polémico, que sé que tenemos queseguir discutiendo: el tema de los gustos, y voy a decir mi punto de vista:creo que la idea de complacer el gusto de la gente es nociva, esa idea se hausado como pretexto para reproducir aquí esos subproductos banales(Aplausos). No tengo ninguna duda de que hay que estudiar los patrones degusto existentes, y, al propio tiempo, trabajar por diversificarlos y portransformarlos en favor de la cultura nacional y de lo mejor que se hacefuera de Cuba. Por supuesto, esto no puede hacerse prohibiendo un género,prohibiendo una cosa, prohibiendo otra, sino elaborando acciones culturalesbien pensadas, intencionales, bien coordinadas.Estoy muy de acuerdo con el dictamen de la Comisión de los jóvenes acerca delos retrocesos —algo que nos duele, que nos amarga— que se verifican en losgustos musicales y cinematográficos, en los gustos en el audiovisual, en elcine, eso es verdad, y estoy muy de acuerdo en la urgencia de trabajarjuntos para detener esos retrocesos. Y habría que mencionar, quizá, lo quecreo son algunos avances; a mi juicio, hay algunos avances. Creo que se haavanzado en la promoción de la lectura, en la música de concierto, en laasistencia a la música de conciertos; la asistencia al teatro es algonotable hoy en nuestra gente joven, los teatros están llenos de gente joven;también en el gusto por la danza. Y creo que, en general, la referencia entérminos de artes visuales ha mejorado. Ahora, todo eso, como sabemos, nopodemos considerarlo como que ya se ganó. Aquí hubo una culturacinematográfica extraordinaria en este país; aquí hubo una cultura ytodavía, por suerte, se produce el Festival de Cine y tú ves la cola degente para ver cine no comercial y, cuando en la Cinemateca ponen un cicloimportante, tú ves a la gente yendo a la Cinemateca; pero, en términosgenerales, a escala masiva, hay una especie de retroceso, a mi juicio,bastante evidente.Es decir que si hemos avanzado en determinadas áreas, tenemos que trabajarpara consolidar eso, porque la vida demuestra que se puede retroceder, y hayhábitos que se pueden perder, y hay gustos que se pueden corromper.El tema de la recreación, que se discutió bastante, Raúl, y que ustedincluso mencionó en una de sus intervenciones —-y nos ha dado apoyo ahorapara ampliar las ofertas culturales en distintos lugares del país—- es algoque debemos seguir analizando. Y trabajando para enriquecer el concepto derecreación que hoy predomina. Eso es algo que hemos estado hablando muchocon los compañeros de la UJC, con el propio Lazo, que ha presidido laComisión de Recreación del Verano.Yo les decía a los compañeros de la FEEM: A ningún joven tú le puedesimponer un modelo específico de recreación. Desde el momento en que larecreación te la imponen, dejó de ser recreación, eso no hay manera deimponerlo. Tú tienes que lograr que sea algo instalado en lo profundo de lagente y que sea algo absolutamente espontáneo, es decir, la batalla hay queganarla en otra instancia de la persona. Pero, al mismo tiempo, no podemosrenunciar a diversificar el concepto de recreación que tienen hoy nuestrosjóvenes.Hay un ejemplo, que a mí me parece que quedó muy bien, que fue unainiciativa del Instituto del Libro con la Juventud, con la FEU, que fue loque se llamó Lecturas de Verano, que después se convirtió en La noche de loslibros y se convirtió en Lecturas en el Prado, y se hizo en La Habana, y enmuchas ciudades del país se hicieron actividades de este tipo, Raúl,similares. El Festival Universitario del Libro y la Lectura llegó a todoslos municipios y, por supuesto, ahí también participaron trovadoresnuestros, participaron músicos nuestros; lo que hizo la Asociación HermanosSaíz y el Instituto de la Música cuando el aniversario de la Nueva Trova, yse divulgó muy bien. Ahí hubo un apoyo muy bueno, muy fuerte, decisivo, dela televisión, spots muy bien pensados. El INDER repartió postales condeportistas, los recordistas nuestros; trabajó con nosotros también elINDER.A mí me parece que la repercusión de algunas de estas acciones puntualesdemuestran que la gente está ávida también de nuevas formas de recrearse, loque tenemos que hacer es divulgarlas, pensarlas, diseñar bien esadivulgación.He ido mencionado a distintas comisiones, me han faltado pocas comisionespor mencionar. Quiero decir que, a mi juicio, trabajaron muy bien, con muchaintensidad, con mucha profundidad, Miguel, tú mismo lo has dicho variasveces, se lo he escuchado decir a Graziella, la de Cultura y Turismo, quecoordinó Cary Diez, hoy Vicepresidenta de la UNEAC, para alegría de todosnosotros; la de la enseñanza artística, que coordinó Mery Córdova; mencionéla de promoción nacional, que coordinó Sigfredo Ariel; la de proyeccióninternacional y del ALBA, coordinada por dos de nuestros premios nacionalesde literatura, Nancy Morejón y Reynaldo González; Nancy, hoy presidenta dela Asociación de escritores, y estoy muy orgulloso de pertenecer a esaAsociación y de subordinarme a la más hermosa capitana que han tenidonuestros escritores (Aplausos).La Comisión de arquitectura, urbanismo y cultura, que la coordinó Villa, conel apoyo de Choy; la de estatutos, que coordinó Corina, que es una comisiónardua, compleja y difícil, con elementos legales; la de trabajo comunitarioya la mencioné; la de reclamaciones, que la coordinó Alex Pausides y, porsupuesto, Luisa Campuzano, que se merece un gran aplauso (Aplausos). Luisafue mi profesora de latín. Ella, como presidenta de la Comisión deCandidatura, hizo un gran trabajo, sin dudas.Yo creo que ese trabajo de equipo, Miguel dijo en la sesión inaugural quefue la piedra de toque del éxito del proceso preparatorio, y como nos decíaLazo ayer, eso tiene que mantenerse. Ese estilo de trabajo de equipo, lascomisiones lo tienen que mantener, lo tiene que mantener el ConsejoNacional, lo tienen que mantener los ejecutivos de las asociaciones. Nopodemos perder esa sistematicidad. La UNEAC tiene que mantenerse viva,activa, vigente, influyendo, debatiendo, discutiendo, interviniendo en lapolítica cultural a nombre de la vanguardia, a nombre de la calidad.Creo que es demasiado importante lo que nos estamos jugando si no atendemoscon la mayor atención nuestros procesos culturales, y si no tomamos laofensiva en esta guerra simbólica, en esta guerra cultural que se nos hace.Las derrotas en el campo cultural y en el campo simbólico —eso hay querecordarlo siempre— fueron un factor fundamental en la derrota de aquelsocialismo que se derrumbó —como se apunta en el informe de la Comisión delos jóvenes.Esto tiene que ver, por supuesto, con la ética. Tiene toda la razónDesiderio. En los productos de la industria yanqui del entretenimiento, aunen los que nos parecen más inofensivos, hay lecciones permanentes,intravenosas, de capitalismo, de la ética de vencedores y perdedores, delculto al hombre de éxito, que es el culto al dinero. Y tiene que ver tambiéntodo esto, obviamente, con lo que nos señaló Fidel sobre la ética en sumensaje a Miguel y a este Congreso.Necesitamos una UNEAC que se caracterice por promover, de manerasistemática, repito, la participación y el debate, y de mantener y derenovar de modo permanente esa unidad imprescindible de la intelectualidadrevolucionaria en torno a la política cultural de la Revolución.El Congreso nos deja una plataforma verdaderamente formidable para todas lasinstituciones que tienen que ver con nuestra cultura.Ahora —como nos decía Lazo anoche—, terminado el evento, comienza una nuevaetapa de trabajo que debe caracterizarse por la sistematicidad —lo he dichocomo siete veces; pero apareció de nuevo la palabra—, y también por elrigor, por la profundidad. Las comisiones permanentes deben continuarreuniéndose, deben continuar aportando ideas, aportando propuestas. El nuevoConsejo Nacional electo tiene que reunirse puntualmente dos veces al año, yante él deben rendir cuenta esas comisiones.No debe perderse de ningún modo el trabajo de equipo y el funcionamiento delos órganos colectivos, la presidencia, el ejecutivo, las asociaciones, elConsejo Nacional.Quiero terminar, primero, uniéndome al recuerdo tan sentido que mostramos elprimer día a nuestro querido hermano, al compañero Sergio Corrieri (Aplausosprolongados). Sergio, estando muy enfermo y conociendo lo peligrosa que erasu enfermedad, aceptó esta misión, y realmente es un ejemplo y seguirásiendo un ejemplo para nosotros de un gran artista, de un granrevolucionario y de un gran ser humano.Y quiero, por supuesto, felicitar a Miguel Barnet por su elección comopresidente de la UNEAC, por el esfuerzo realmente enorme que ha hecho parallevar a buen término los trabajos preparatorios del Congreso, para conduciresta reunión hasta resultados tan trascendentes para nuestra cultura y paranuestra nación (Aplausos). Quiero felicitarlo y abrazarlo, porque siendo ungran creador, siendo un gran poeta, un gran narrador, ha tenido la valentíay la generosidad de aceptar este desafío tremendo y esta nueva tarea que leha dado la Revolución (Aplausos).Quiero felicitar también a otros dos creadores muy relevantes, de los que migeneración está muy orgullosa, a Villa y a Senel. Villa, vicepresidenteprimero, y Senel vicepresidente, no sé qué número le toca (Risas); pero, sinduda, otro vicepresidente maravilloso. Por supuesto, a nuestro queridoRoberto Valera, a Cary, a Omar, a Rudy, a Mauri, a Eslinda, a Aida, a losdemás compañeros, a los presidentes de asociaciones, a todos los quieromucho y los felicito, y a los miembros del Consejo Nacional, a losejecutivos elegidos, a los miembros de la Comisión Organizadora que nointegraron la nueva dirección, a los coordinadores de las comisiones que tanduro trabajaron para dejarnos una plataforma magnífica para el presente y elfuturo inmediato de la UNEAC y de la cultura cubana.Quiero hacer llegar también una felicitación muy especial y muy cálida anuestra entrañable Graziella, maestra de todos nosotros (Aplausosprolongados). Graziella —no sé si ustedes lo saben; pero bueno, debemossaberlo todos—, por solicitud propia no va a tener cargos formales en lapresidencia de la UNEAC; pero seguirá guiando con su consejo imprescindiblea esta organización, a la que tanto ayudó desde aquel Congreso de 1988, hace20 años. Me dijeron que esta mañana, en el Consejo Nacional, hubo unhomenaje espontáneo a Graziella. Me dijeron que fue un momento muy emotivo,muy hermoso, y que el primer acuerdo de ese Consejo fue nombrar a Graziellacomo asesora permanente y definitiva de la presidencia de la UNEAC(Aplausos). Algunos compañeros han dicho muchas veces antes de este Congreso—creo que Miguel dijo algo de eso esta mañana—- que Graziella es laconciencia de la UNEAC; otros, entre los que me cuento, piensan, pensamos,que es la conciencia siempre lúcida, siempre alerta, de toda nuestracultura. Con ella, con su palabra, con su capacidad para señalarnos en todomomento lo esencial por encima de cualquier coyuntura, con su ejemplo mismo,seguiremos contando todos.¡Felicidades y un fuerte abrazo a todos! (Aplausos)-- Lic. Rosa C."

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